Can Bisquerra

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Can Bisquerra

 

A día de hoy, ya han pasado cuatro generaciones de panaderos por las instalaciones de Can Bisquerra, todos ellos llamados Llorenç, como los conocen en el pueblo.

En 1927 Llorenç Amengual Barceló, el primero de la saga, decidió abrir un horno en la calle Jonquet de Pollença. Él procedía de Caimari, donde ya tenían otro. Muchos años han pasado desde aquel primer momento y también diferentes Llorenç hasta llegar al actual panadero. Recuerda que ya de pequeño le gustaba jugar con la masa.

Mientras los otros niños se entretenían jugando a la pelota, él se pasaba el tiempo junto a su abuelo, viendo cómo hacía las ensaimadas y aprendía de él.

Pero su gran maestro fue su padre, quién le enseñó todo lo que sabe sobre pastelería. Una de las anécdotas que recuerda es que en los años cincuenta su padre viajó a Montreal para ampliar sus conocimientos de repostería y allí elaboró un pastel para la Reina de Inglaterra.

Llorenç decidió ser panadero porque lo había vivido desde pequeño y por la creatividad del trabajo. Asegura que los olores y el hecho de satisfacer a los clientes son dos de las cosas que más le gustan de su profesión. Es la persona que endulza la vida de los pollensines.

Can Bisquerra nació como un negocio familiar que, a pesar de cambiar de dirección, todavía conserva el carácter familiar y la tradición de sus productos. Son especialistas en ensaimadas lisas y rellenas, además de elaboraciones como el lemon pie, el cardenal, la pasta de hojas, el brazo de gitano y pasteles personalizados, entre otros.

 

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